29 de diciembre de 2008

Año nuevo.

Hay veces que es mejor no hacer balance. Finales en los que es mejor no echar la vista atrás... o sólo con el rabillo del ojo.
Prefero mirarme al espejo y ver esta gran sonrisa y este brillo en los ojos.
Muchas gracias a todos.
Feliz año nuevo!!!

P.D. ESTO NO SE PARA...



10 de diciembre de 2008

Ángel

Todo mito tiene su base en la realidad más cruda. Todas esa figuras mitológicas, verdaderamente, nos catalogan a todos nosotros. Esa esfera celestial es en realidad, este cosmos donde pisamos y habitamos.
Ángeles, demonios, héroes, divinidades... pasan por nuestras vidas, nos acompañan día a día en nuestro vagar. Nosotros mismos, aunque no lo creamos formamos parte de ese plantel de figuras.
Las hay más comunes, como los duendes, los trasgos, los sátiros... Y las hay mucho más difíciles de encontrar, como los unicornios, los dioses o los ángeles.
Estos últimos, son aquellas personas que tienen el don de la luz. No sólo iluminan todo aquello a su alrededor, sino que aportan gracias a ello, una enorme capacidad que tenemos olvidada la mayor parte del tiempo, la lucidez.
Esa lucidez que nos hace vivir cada segundo y exprimirlo al máximo. Que nos hace disfrutar con una sonrisa, una palabra, una mirada... las suyas.
Son esas personas que con sólo rozarnos hacen que volvamos a la vida, aún cuando ignorábamos que estábamos fuera de ella.
Cuando un ángel aparece en tu vida, te sientes único, especial, inigualable, quizá porque se ha fijado en ti, quizá porque te colma de su luz, quizá porque sabes que es casi inalcanzable y tú lo estás tocando con la punta de los dedos.
Aunque en tu fuero interno sabes, que todo ese torrente viene de él. De ese
ángel que ha elegido, sin tú muy bien saber por qué, acompañarte y regalarte sus alas.
Por eso, ya no tienes miedo. Por eso, no te hace falta buscar más candelas en la oscuridad.



3 de diciembre de 2008

Volar

¿Qué es lo que nos impide volar? ¿Qué hace que no tengamos fuerza suficiente para batir las alas cuando tenemos el viento a favor? ¿Qué nos bloquea de tal manera que distorsiona totalmente nuestra realidad, convirtiéndonos en peleles en lugar de héroes? ¿Qué es lo que hace que se empañen nuestros momentos de gloria, nuestras horas más dulces?
Podríamos hablar del miedo, (ya lo hice en su momento). Ese miedo que asoma la patita por debajo de la puerta, hasta que la abre de par en par y se instala como en su casa.
Podríamos señalar la culpa, sea o no sea justa, se enquilosa y crece cual tumor, hasta ser más grande que uno mismo.
Podríamos apuntar a la vagueza que hace que un día no te muevas, ni al otro, ni al otro, ni al otro...
Podríamos mirar a la costumbre que nos engaña y nos engatusa convenciéndonos de que estamos mejor en su pequeño reducto mediocre.
Y si miramos ahí, sí, ahí en frente... qué es lo que vemos... Es un pequeño espejo mostrando nuestro reflejo. Somos nosotros mismos asiéndonos fuerte al suelo. Sí, los mismos que intentamos abrir esas alas.


(Las abro y bato con todas mis fuerzas. No me sueltes)