8 de enero de 2012

Cosas importantes


Mi madre es la mejor persona del mundo, sí, lo es. Ya, ya... Tu madre, tu madre, y la tuya y tu padre... también lo son, por supuesto, pero no los conozco o poco.
Así que, hablaré de la mía.
Reitero, mi madre es la mejor persona del mundo. Todo el mundo la adora, como para no, si ella adora a todo el mundo. Y, cuando digo a todo el mundo, digo a al mundo entero.
Los conductores del autobús urbano de mi pueblo. Los dependientes de toda tienda a la que entra. Los currillos que andan siempre por la urbanización haciendo chapuzas. El marroquí que vende alfombras. El chico que viene a instalarle el teléfono... A ella le da igual de dónde sean ni de dónde vengan, son muchachos y muchachas, como dice ella, que están trabajando y se buscan la vida.
La ves bajar con dos latas de coca-cola al portal: "Esos muchachos se están muriendo de sed, trabajando ahí en pleno verano".
Llega con una palmera de chocolate a la cola del autobús:¨"El pobre Gaspar, (el conductor), que debe tener hambre ya, mira qué hora".
Te encuentras a dos chicos con mono viendo la tele en su salón: "Venían a arreglar el teléfono, pero, pobres, se ha complicado y empezaba el partido".
Mi madre le cuenta a los marroquíes de la frutería que ella es de Ceuta y que le gusta el te con hierbabuena y le dice a la chica de la caja que aquí hace tanto frío o más que en su tierra, entre risas, porque la ve encogida en su silla.
Se pone a hablar con su compañero o compañera de asiento, sea quien sea, alguna vez la he visto hablando con algún punk de por aquí, haciéndole reír y él a ella.
Hay más gente así, lo sé, tu madre, la tuya, tu padre, tu hermano...
Hay gente que, a pesar del maletón que arrastran, siguen sonriendo y pensando en el que llevan los demás, en que no se puede hacer más ligero, pero sí distraerte un poco de él.
Mi madre es católica practicante y simpatizante del PP, pero eso es lo de menos, como para ella otras cosas, o debería serlo.