30 de octubre de 2008

Lágrimas

Puede que ya no sea lo mismo... claro, no lo es.
Puede que al mirarnos a los ojos no nos reconozcamos... es un hecho, ya no somos los mismos.
Puede que ahora en vez de palabras solo nos dediquemos esputos llenos de hiel... ya lo sé, no tendría que ser así, pero sabes que lo es.
Puede que ahora solo veamos ese espejismo que nos engaña con que no queda ni un atisbo de todo eso tan grandioso que hubo... el corazón siempre va por libre.
Puede que no le veas la luz a todo eso... la mía es intermitente.
Pero algo sé por encima de todo que brilla claro y cristalino, he tenido la enorme suerte, el placer infinito, de haber viajado todos estos años a tu lado. De que el camino fuera uno y el mismo.
De haber recibido tesoros de ti.
De haber sido la persona má feliz del mundo gracias a estar juntos.
De haber hecho de nuestra vida una fiesta, hasta dónde hemos podido.
Y eso, caiñete, no se me olvidará nunca.
Gracias por todo y más. Gracias porque soy cómo soy.
Te quiero y sé que siempre lo haré... a pesar de nosotros, a pesar de mí.

23 de octubre de 2008

La verdad

"¡Quiero la verdad!", espeta la protagonista de la película con cara de indignación...
Pero qué verdad ¿Su verdad? ¿La del otro? ¿La mía? ¿La verdad absoluta?
Desde el suceso más nímio a la odisea más homérica, todo, tiene diferentes versiones, ¿es por ello que tiene diferentes verdades? Por lo tanto ¿somos capaces de afirmar que existe LA VERDAD, (así, con mayúsculas)?
No podemos poner en duda el testimonio de alguien simplemente porque el de al lado ha omitido o ha añadido un pequeñísimo detalle. Así como que evitamos creer a pies juntillas lo que nos está contando un individuo sobre todo si es parte implicada del proceso. Entonces... que alguien me diga, por favor, ¿qué es la verdad?
Todo aquello que se ajuste más a la realidad. Que se ajuste... porque nunca llega a ser lo mismo y por ello no es menos verdad.
Esa verdad que yo tengo aquí dentro, que siento, que defiendo con uñas y dientes no es menos que la tuya, o la tuya... o la suya...
Todo aquello que he sentido, experimentado, luchado y vivido en un momento dado es tan real como lo de cualquiera que estuviera allí conmigo y ahora, afirme todo lo contrario.
Esto que sé que soy es tan tangible como lo que sabes de mí.
Por qué entonces sentenciamos...
Por qué tendemos tanto a juzgar...
Por qué nos aferramos a algo tan volatil para, incluso, dirimir la muerte de alguien...
Quizá porque en realidad, es una creación del ser humano, un mero constructo de control...
La verdad, no sé por qué tanta palabrería simplemente para deciros que nada es tal y cómo lo pintan. No caigáis en el engaño.



6 de octubre de 2008

Montaña rusa.

Sí, sí... ya sabes... deberías pararte, salir fuera e intentar pensar. Pero es que se está tan bien ahí, dentro del torbellino. Llevabas tanto tiempo fuera de la vorágine que necesitaste más de tres intentos para pegar el salto, porque te daba miedo, mucho miedo. Ya no recordabas en absoluto cómo era ese subir y bajar.
Pero ahora estás dentro, con el estómago encogido y los ojos entrecerrados y llenos de lágrimas, por el viento. Pero con una sonrisa de oreja a oreja.
Y sabes que el golpe puede ser mortal, pero te encanta la vista desde arriba.