El ser humano como organismo inestable, en todos los sentidos que es, posee diversos mecanismos de defensa con la finalidad de no convertirse en una bomba de relojería andante. Aunque, por desgracia, todos conocemos sujetos que han perecido en su propia defenestración.
Una de esas descargas emocionales, que en mi caso, me llama poderosamente la atención es la llamada "mirarse el ombligo".
Tanto en sentido positivo, optimista mejor dicho, como pesimista del mismo, el hombre abusa una soberana barbaridad de convertirse en el centro del universo.
Quizá porque ya desde las sagradas escrituras nos vienen comiendo la oreja: que si somos el centro de la creación, que si estamos hechos a imagen y semejanza de dios...
O porque biológicamente hablando somos, al fin y al cabo, uno de los organismos más complejos.
La cuestión es que, en cuanto podemos, estamos intentando que todo gire a nuestro alrededor. Objetos, tiempo, espacio, vidas, sentimientos... nos da igual lo árduo que sea, y lo que verdaderamente nos merezcamos o no, somos capaces de obviar cualquier situación física, biológica, química, moral o espiritual con tal de sentirnos reyes por un dia, (si sólo fuera un día...)
Quién de nosotros no ha escuchado aquello de: "quieres ser el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro"
El muerto en el entierro... ¿nunca habéis visto a dos ancianos o ancianas discutiendo por cuál de los dos está peor? ¿o a dos personas que se interrumpen continuamente durante la conversación para contarse lo mal que les ha ido en la vida? Ese típico, "pues anda que a mí..."
Llegamos a ser así... de patéticos, llegamos a querer tener una vida llena de sufrimientos y tragedias para poder ser el más necesitado, el que apremia constante atención, al que todos le deben conmiseración, comprensión y perdón.
Llegamos al quiz de la cuestión. Cuando uno se mira el ombligo, se lo mira con la intención de que los demás se lo adoren también, y sea lo único que vean.
En los momentos alegres, felices, de acierto, es lógico y nos gusta que nos agasajen, nos quieran, nos recuerden ese pletórico momento vital.
Pero qué ocurre cuando sabemos que lo estamos haciendo rematademente mal... qué alivio verse el centro de todos los mundos que nos rodean, olvidàndonos del trabajo que habríamos de realizar, en realidad, para virar las cosas a mejor.
Quién no ha escuchado a alguien relatando las "terribles" e "imperdonables" ofensas realizadas por un ser querido, para terminar apuntillando que él nunca, en todos los años de relación con esa persona, le ha hecho el más mínimo daño.
O quién, vamos a confesarlo, no se ha aprovechado de esos 15 segundos de gloria, (sean de gracia o de desgracia), que alguna vez que otra se nos brindan, para intentar hacer olvidar alguna fechoría cometida.
Claro que hay momentos de onanismo espiritual que nos vienen de perlas para darle un repiro a eso precisamente, al espíritu. Pero como no, para el hombre, todos los placeres crean vicio.
Tenemos que tener cuidado, porque de tanto mirarlo en nuestro vagar, nos vamos a dar de bruces los unos con los otros.
11 comentarios:
cuanta razón tienes !!! has pensado que también el discreto, el que no llama la atención, el que quiere hacerse el invisible,de alguna forma, también lo hace para captar la atención de alguien??
me haces pensar.
me encanta porque cuando leo algo tuyo me incitas a hacer pesas con la mente.
chaooo
Como ccopresidenta de la asociacion NO ME TOQUES EL OMBLIGO he de decir que
El ser humano por muy complicado que sea no dista mucho de una vil rata de laboratorio en cuanto a sus mecanismos conductuales, ya lo decia el viejo skiner, y la ATENCION es el más grande reforzador de ellos, ni el dinero ni el sexo ni ná de ná. O de que te sirve estar forrado en una insula maravillosa totalmente solo, o follarte al sr. Clooney si luego no puedes contarlo
A mi me gustaría saber cuál es el detonante que, de repente, te lleva a escribir sobre estas cosas.
No puedo estar más de acuerdo contigo en lo que dices. Sin embargo creo que es algo propio del ser humano, la necesidad de destacar sobre los demas no es más que la herramienta que nos mantiene como seres individuales.
Es por eso que el comunismo jamás podrá funcionar entre humanos.
pd: meripeitx, hay cosas que no es necesario contar, y aun así, conservan su encanto. XDD
Bueno... la verdad que estoy de acuerdo y me identifico con parte del texto. De hecho a menudo escribo mis penas, las hago públicas y ciertas encantadoras personas me dan su apoyo o cuanto menos, que ya es mucho y necesario, atienden lo que escribo.
Yo creo que las personas a menudo necesitamos ser centro de algo, para bien o para mal, o simplemente para hacernos notar.
Necesitamos de ese 'enhorabuena!' o 'cuanto lo siento... puedo hacer algo por tí?'. Creo que simplemente, no sabemos estar solos, y muchas veces no encontramos otra forma que intentar ser ombligo de algo...
Me encantó el texto chopitos, gracias de nuevo ;)
Todo el texto me parece buenísimo, pero con este trozo concretamente de: "El muerto en el entierro... ¿nunca habéis visto a dos ancianos o ancianas discutiendo por cuál de los dos está peor? ¿o a dos personas que se interrumpen continuamente durante la conversación para contarse lo mal que les ha ido en la vida? Ese típico, "pues anda que a mí...""
por poco me muero de la risa, porque lo tengo visto tantas veces! Pero nunca me había parado a pensar en esa perspectiva que tú le das, y es cierto, es así como una especie de pugna por ver a quién fue que le pasaron más cosas, da igual que estas fuesen buenas o malas, el caso es poder hablar más tiempo, sentirse importante un poquito más de tiempo... Chopis, como siempre: genial! Y haciéndonos reir y pensar viendo las cosas desde otros ángulos!
Bueno, reir o emocionarnos... Bicos! ;-)
Como el otro Co-presidente de la asociación NTO (No me Toques el Ombligo), tengo que decir:
PLAS
PLAS
PLAS
PLAS
Simplemente genial.
De todos modos, si lo pensamos, casi todo lo que hacemos es un poco "por ser ombliguito", quiero decir, somos (o deberíamos ser) seres sociales y setimos la necesidad de contar/compartir nuestras vivencias con los demás.
El tema es que el compartir estas vivencias o hacer ostentación de ellas está separado por una fina línea.
TE QUIERO
¿Qué haces tú con este blog además de mirarte y que te miren el ombligo? Predicar lo interesante que es tu ombligo y lo inteligentes que son todos los que te lo miran.
Mirarse al ombligo no es malo, si no se hace en exceso, tienes razón. Lo peor de hacerlo tan a menudo es que no escuchamos nada más allá de nuestros propios lamentos o felicitaciones. Lo demás es ruido. Cuando realmente el ruido es lo que hacemos nosotros.
Y a quien no le gusta ser el ombligito alguna vez?? Creo que a todos nos gusta que nos adulen y nos digan cosas bonitas, otra cosa es que lo seamos por exceso de egocentrismo, pero de vez en cuando esta genial, no??¡¡
Insisto, increible la forma que tienes de decir las cosas.... impresionante¡¡¡
Mil besitos guapetona¡¡¡¡
A anónimo: no creo que este blog sea una vía de ostentación y adulación es simplemente expresión, comunicación. Es tan estúpido pensar eso, como negar directamente la existencia del arte, literatura,...
Me encanta lo que has escrito, si, si, viva tu ombligo. A veces es merecido ser el centro de las miradas y a veces es completamente necesario para saber que existes. Creo que como hay mucha gente que se siente sola, no querida, cae en eso que dices de los viejos, cualquier cosa para llamar la ATENCIÓN.
Besines!
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