Decía el maestro entre maestros, Don Miguel de Unamuno: "Un pedante es un imbécil adulterado por el estudio".
Y yo debo añadir, con gran humildad por supuesto, que un déspota es uno de estos imbéciles que en lugar de estudiar, se han forrado de pasta. Y en nuestra queridísima y venerada sociedad, ya se sabe que el más poderoso de los atributos es acumular montones de vil metal.
Puede ser que uno de estos pequeños dictadores de estar por casa, no fuera realmente más que un pobre diablo si ese poderoso caballero no se hubiera puesto a tiro. Pero ya sabemos que la diosa ve menos que Rompetechos.
Un curioso efecto de esto que os hablo, es lo que yo llamo la teoría de la excelencia moral. Cuanto más dinero posee uno de estos seres y más sube en su pequeña escala social, (aunque sea en la de su pueblo de 300 vecinos), más excelente moralmente se vé y cree a piés juntillas que es.
Cuántos de estos especímenes vemos día a día actuando impunemente en cualquier ámbito, y lo que todavía me da más ganas de vomitar, se erigen como modelo a imitar por su elevedísima escala de valores.
Son jueces y verdugos de todos los que ellos ven debajo, debajo en renta anual.
Claro que, en todo este arrebato de ira que me invade, una parte de mí sigue pensando si no somos nosotros mismos los que erigimos a estos reyezuelos de tres al cuarto.
Por otro lado, también conozco a otra gente que ha conseguido los favores del cuerno de oro y no sólo ostentan esa fortuna porque también son justos, bondadosos, cultos...
Ahí me queda la pregunta para este largo fin de semana, ¿se puede o no se puede confiar en el alma humana?
(No os puedo dejar enteramente de vacaciones).
31 de octubre de 2007
24 de octubre de 2007
Memoria
Una palabra, una cara, un olor, una conversación entera nos hace recordar. Trasladarnos a otro tiempo, otro espacio, incluso otra piel...
La memoria, amiga en ciertos momentos, nos trae un juego, una película, un amigo... Nos ayuda a reconfortarnos, a mirarnos con cariño, a hincharnos el orgullo.
Maestra intachable en otros, nos vuelve a meter en el centro de algún embrollo, en ese preciso instante de la palabra mal dicha, en la oscuridad del daño infringido sin motivo.
Nos mira con cariño, nos alecciona como el padre, nos besa como la madre.
Pero también es ladina y traicionera y se guarda secretos, que sólo nos deja ver muy de vez en cuando. Atesora imágenes que pueden llegar a aterrarnos y como el hombre del saco, sólo nos muestra cuando más confiados y seguros nos encontramos en nuestro paseo.
Es sumamente consciente de que podrá volver a supultar ese recuerdo en lo más hondo, y con el tiempo, mostrarlo de nuevo, y darse cuenta de que no habíamos aprendido nada. Y sonríe malévolamente y nos mira con desprecio como el enemigo más acerrimo.
Pero también se enoja y se retuerce de la rabia, cuando hemos traspasado el límite y nos creemos que podemos engañarla, acallarla. Práctica muy habitual en nuestros días. Y eso, eso es destapar la caja de los vientos. Y cuán Pandora nos quedaremos sólo con la esperanza de que nuestra memoria deje de machacarnos con eso que queríamos haberla ocultado.
Nos pone la mordaza que teníamos reservada para ella, y nos hace presenciarlo una y otra vez. Porque es sabia y es consciente de que eso que queríamos que pasara por alto es lo que más tenemos que recordar.
La memoria, amiga en ciertos momentos, nos trae un juego, una película, un amigo... Nos ayuda a reconfortarnos, a mirarnos con cariño, a hincharnos el orgullo.
Maestra intachable en otros, nos vuelve a meter en el centro de algún embrollo, en ese preciso instante de la palabra mal dicha, en la oscuridad del daño infringido sin motivo.
Nos mira con cariño, nos alecciona como el padre, nos besa como la madre.
Pero también es ladina y traicionera y se guarda secretos, que sólo nos deja ver muy de vez en cuando. Atesora imágenes que pueden llegar a aterrarnos y como el hombre del saco, sólo nos muestra cuando más confiados y seguros nos encontramos en nuestro paseo.
Es sumamente consciente de que podrá volver a supultar ese recuerdo en lo más hondo, y con el tiempo, mostrarlo de nuevo, y darse cuenta de que no habíamos aprendido nada. Y sonríe malévolamente y nos mira con desprecio como el enemigo más acerrimo.
Pero también se enoja y se retuerce de la rabia, cuando hemos traspasado el límite y nos creemos que podemos engañarla, acallarla. Práctica muy habitual en nuestros días. Y eso, eso es destapar la caja de los vientos. Y cuán Pandora nos quedaremos sólo con la esperanza de que nuestra memoria deje de machacarnos con eso que queríamos haberla ocultado.
Nos pone la mordaza que teníamos reservada para ella, y nos hace presenciarlo una y otra vez. Porque es sabia y es consciente de que eso que queríamos que pasara por alto es lo que más tenemos que recordar.
18 de octubre de 2007
Pasito a pasito.
Un pasito, otro, otro pasito, otro, venga otro más, ¡qué bien, otro pasito!
Y llega un golpe, un empujón, un traspiés y vuelves atrás de nuevo, o incluso peor, más allá de donde empezaste.
En la vida hay que medrar, hay que luchar, hay que avanzar... ¡anda y que les den morcillas a todos!
¿Sabéis lo que os digo? Que algunas veces me canso de luchar, que me gustaría tumbarme a mirar la nada y que no hubiera consecuencias. Que pagaría porque un día se me fuera la cabeza de verdad y que nadie, ni nada sufrieran por ello.
Que me gustaría ser mujer objeto, que me da igual no llegar a ningún lado, que no me importa no sentirme realizada.
Porque día a día me escupen a la cara que lo que consigo, que lo que conseguimos, en un momento dado, no vale absolutamente nada.
Me voy desanimando en cada despertar con sólo observar a mi alrededor. Y aunque intento rebelarme, cada vez entiendo más el "de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente".
Dejarme, al menos por un día, que me sienta mediocremente mal.
Y todavía creemos que la libertad existe.
Y llega un golpe, un empujón, un traspiés y vuelves atrás de nuevo, o incluso peor, más allá de donde empezaste.
En la vida hay que medrar, hay que luchar, hay que avanzar... ¡anda y que les den morcillas a todos!
¿Sabéis lo que os digo? Que algunas veces me canso de luchar, que me gustaría tumbarme a mirar la nada y que no hubiera consecuencias. Que pagaría porque un día se me fuera la cabeza de verdad y que nadie, ni nada sufrieran por ello.
Que me gustaría ser mujer objeto, que me da igual no llegar a ningún lado, que no me importa no sentirme realizada.
Porque día a día me escupen a la cara que lo que consigo, que lo que conseguimos, en un momento dado, no vale absolutamente nada.
Me voy desanimando en cada despertar con sólo observar a mi alrededor. Y aunque intento rebelarme, cada vez entiendo más el "de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente".
Dejarme, al menos por un día, que me sienta mediocremente mal.
Y todavía creemos que la libertad existe.
9 de octubre de 2007
Hace tiempo
"Tengo momentos en que sólo recuerdo
una conversación
quizás sólo fueran palabras desnudas
pero de, corazón
Hace tiempo que ya no te veo
quizás no te llamo
porque no me atrevo
Hace tiempo que ya no te veo
¿habremos cambiado?
¿quizás a peor?
Tengo momentos en que sólo recuerdo
una revolución
guerreros salvajes con armas de barro
¿en qué se quedó?
Hace tiempo que ya no te veo
quizás no te llamo
porque no me atrevo
Hace tiempo que ya no te veo
¿habremos cambiado?
¿quizás a peor?
¿quizás, quizás, quizás a peor?
¿quizás a peor?
¿a peor?
¿quizás, quizás, quizás, quizás a peor?
Hace tiempo que ya no te veo
quizás no te llamo
porque no me atrevo
Hace tiempo que ya no te veo
¿habremos cambiado?
creemos que sí...
Bunbury, Cardiel, Valdivia, Andreu.
una conversación
quizás sólo fueran palabras desnudas
pero de, corazón
Hace tiempo que ya no te veo
quizás no te llamo
porque no me atrevo
Hace tiempo que ya no te veo
¿habremos cambiado?
¿quizás a peor?
Tengo momentos en que sólo recuerdo
una revolución
guerreros salvajes con armas de barro
¿en qué se quedó?
Hace tiempo que ya no te veo
quizás no te llamo
porque no me atrevo
Hace tiempo que ya no te veo
¿habremos cambiado?
¿quizás a peor?
¿quizás, quizás, quizás a peor?
¿quizás a peor?
¿a peor?
¿quizás, quizás, quizás, quizás a peor?
Hace tiempo que ya no te veo
quizás no te llamo
porque no me atrevo
Hace tiempo que ya no te veo
¿habremos cambiado?
creemos que sí...
Bunbury, Cardiel, Valdivia, Andreu.
1 de octubre de 2007
Un día como el de hoy
_"Prohíbido ponerse melancólico y nostálgico en días grises, lluviosos y fríos."_
_¡¡¡Imposible!!! ¿Cuál es mi multa?_
¿No tengo ya bastante con sentir que el tiempo se me escapa entre los dedos, como esas gotas que intento coger?
¿No es suficiente con que la naturaleza, con días así, me escupa a la cara todo lo perdido y pasado?_
_"Tienes que sonreir durante casi todo el día"_
_¿Eso es un castigo? Si cada vez que miro por la ventana, cada vez que salgo a la calle, cada vez que se moja mi cara, cada vez que tiemblo de frío, lo hago.
¿Es esa la pena máxima? Si con cada experiencia recordada, con cada imagen repasada, con cada cariño sentido, no puedo evitar que aparezca en mi cara._
_¡¡¡Entonces, puedes cumplirlo!!! ¡¡¡Puedes y debes no estar triste en días como hoy!!!_
_Pero has omitido algo en esa sentencia... qué clase de sonrisa exiges._
_¡¡¡Imposible!!! ¿Cuál es mi multa?_
¿No tengo ya bastante con sentir que el tiempo se me escapa entre los dedos, como esas gotas que intento coger?
¿No es suficiente con que la naturaleza, con días así, me escupa a la cara todo lo perdido y pasado?_
_"Tienes que sonreir durante casi todo el día"_
_¿Eso es un castigo? Si cada vez que miro por la ventana, cada vez que salgo a la calle, cada vez que se moja mi cara, cada vez que tiemblo de frío, lo hago.
¿Es esa la pena máxima? Si con cada experiencia recordada, con cada imagen repasada, con cada cariño sentido, no puedo evitar que aparezca en mi cara._
_¡¡¡Entonces, puedes cumplirlo!!! ¡¡¡Puedes y debes no estar triste en días como hoy!!!_
_Pero has omitido algo en esa sentencia... qué clase de sonrisa exiges._
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