20 de noviembre de 2010

Sinceridad mediante

Bendita sinceridad virtuosa, que parece reinar en nuestros días. Todo tiene que ir acompañado de ti, todo tiene que ir lanzado con tu fuerza, arrojado con tu omnipotente brazo. Quien te tiene como amiga tiene un tesoro; quien, por desgracia, es el blanco de tu ira queda hundido en la miseria, porque todo, dicho a través de tu boca, cobra heroicidad y limpieza, osadía y valor.
Ay, del que se atreva a pasarte por alto, a tenerte escondida, a dejarte a un lado, porque ese es el impuro, el intrigante, el miserable, aunque lleve como adalid todas las virtudes, aunque su alma sea brillante y sin mácula.
Pero, ay de aquel del que hable por tu boca, pero no le dictes justo lo que el respetable quiere oír.
Ay, del que lleves a sus últimas consecuencias y a todos los demás nos parezca una abominación por mucho que haya sido por ti mediante.
Ay, de la pobre marioneta por ti y la masa zarandeada.
Porque en este, nuestro mejor mundo posible y, para algunos, poco mejorable, se debe, es de obligado cumplimiento ser sincero, aunque con ello nos llevemos por delante al compañero; pero, ante todo, se debe ser políticamente, modernamente, culturalmente y originalmente correcto.
Y oh, paradoja, así es imposible ser verdaderamente sincero o decir sinceramente la verdad.






23 de octubre de 2010

Historias

Hay historias que no se pueden enterrar, no se pueden acallar ni tapar, ni siquiera, transfomarlas. Porque no son historias, son voces, son pieles, son miradas, son gritos y heridas y sangre y dolor.
Son injusticias cometidas con total impunidad, son ejecuciones programadas, son poblaciones esquilmadas, son familias, hijos, padres, hermanos...
Por eso cada vez que una explota en el aire, cada vez que alguien grita, escribe, habla, cuenta, clama... hay que celebrar que podemos hacerlo, que nadie nos puede quitar ese poder de contar historias, hay que poner los oídos y abrir las mentes, hay que poner toda la atención para hacer nuestra cada una de ellas y que se haga eterna, enorme e invencible.
Porque toda esa gente habla a través de nosotros que somos tan privilegiados como alto podemos chillar y esa beneficiosa posición conlleva una honrosa responsabilidad: la obligación de la memoria; la necesidad del habla; la exigencia del conocimiento.
http://wikileaks.org/


28 de septiembre de 2010

"El trabajo os hará libres"

Hace 70 años las puertas del infierno estaban coronadas con esa frase lapidiaria, que era leída como una necrológica o una virulenta letanía por todos los que cruzaban ese arco de terror.
Pero, como si de una sátira se tratara, como una tragedia griega, esas cinco palabras suponen una realidad para miles, millones de personas, no ya solo en esta, nuestra casa, sino en todas las del vecindario.
El trabajo, sí es cierto señor Marx, nos aliena y nos convierte en pequeños engranajes de este sistema tiránico, pero también hace que vivamos, sí, vivir, porque este sistema se alimenta a sí mismo de todos nosotros y si se está fuera, no se está, no se existe, no se vive.
Por ello, ese trabajo nos deja andar, correr, volar, soñar... nos permite ser libres o, por lo menos, vivir en esa ilusión que el señor Capital ha definido como libertad.
Mientras una parte del mundo, cada vez menos numerosa, sigue siendo libre, sigue trabajando para seguir pagando esa ilusión adictiva, pero que, al final, es necesaria para existir, como toda droga. La otra parte pierde su derecho a ella con la carta de despido y se va hundiendo en la esclavitud de la pobreza cada mes en el que es asiduo a la cola del paro.
"El trabajo os hará libres", letras que, esculpidas en hierro, representan eso para muchas personas todavía: el hierro asesino y mortal; para otros, pronunciadas hoy, son una mortal realidad, mortal de necesidad.
Decía Vico que la historia era circular, es peor, es una espiral que todo lo traga. Una obra que devora a su creador, el hombre.

11 de septiembre de 2010

El sueño

"Si el sueño fuera ( como dicen ) una tregua,
un puro reposo de la mente,
¿por qué si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar?
La hora nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño
del otro lado del muro?"

Jorge Luis Borges

14 de agosto de 2010

Hablar

Él habla, yo hablo, tú hablas...
Hablar por hablar o más bien hablar para escuchar, escucharse a sí mismo quizá.
Pero cuánto hay de verdad en ese batiburrillo de cosas, cuánto de ornamento y cuánto de estómago, hígado y, sobre todo, corazón.
Él dice, yo digo, tú dices...
Y lo que llega es cuarto y mitad de lo dicho, lo cual, tampoco era gran cosa.
Y abrimos la boca por lo escuchado, pero entonces, ¿tiene más valor lo que contamos que lo contado? ¿Somos sinceros y el anterior un bocazas?
En cuanto sale de la boca pasa por el tamiz del prejuicio, del jucio y la sentencia, que vuelve a ser expresada a voz en grito, quizá prejuzgada, juzgada y sentenciada, un patético círculo vicioso del que no se libra ni una palabra.
Escucho y me abro en canal e intento callar, bendito silencio, pero como piel y pellejo, como animal de pasiones, como muñeco de pulsiones, abro la caja de Pandora y se produce la estampida y no es la esperanza lo que queda, no, el mito estaba sesgado, es la culpa y el arrepentimiento escupiéndome desde el fondo de la caja, que no es otra que mi conciencia.
Porque hablo de hablar de más y no hago más que hablar. Y caigo tan bajo como aquel del que hablo. Y debería callar como aquel que no calló. Y tendría que aprender como ese que lo aprendió todo.
Y, ahora sí, no puedo hablar más porque ya os sepulté en palabras, solo dos para coronar mi montaña de exabruptos, desde lo más hondo, donde no existe el habla, donde se comprende sin palabras: lo siento.




14 de julio de 2010

Filosofía

Quedarte a un paso de conseguirlo.
Tener que decir que no porque trabajas.
Que el fin de mes sea el día 15.
Dejar pasar un tren y otro y otro...
Que te despidan.
Que al despertador le dé por no sonar.
Que tu memoria te la juegue y se te olvide justo eso.
Llorar con el telediario.
Encogerte de hombros porque no puedes hacer nada más (y nada menos).
Que te domine la rabia de la impotencia.
Tropezarte con la mejor noche en mucho tiempo.
Probártelo y que no te entre.
Que te digan que no con una sonrisa que es como un puñal.
Bailar con la más fea.

Ser la más fea.
No poder evitarlo.
Las caras en el metro a las siete de la mañana.
Buscar en toda la casa para poder comprar tabaco.
Dejarte las llaves puestas.
Dar de mano.

Decir el comentario idiota.
La multa en el parabrisas del coche.

Soñar despierto.
Pasar la noche en vela.




13 de junio de 2010

Cristales

No todo depende del cristal con el que se mire, porque, al fin y al cabo, mirar siempre implica ser externo, estar fuera, colocarse a distancia.
Hasta hace un tiempo, yo vivía así, a distancia de lo que ahora pienso, vivo y por suerte, no padezco, aunque lo sospecho.
Siempre he sabido quién soy, cómo soy, qué siento. Pero todo ha cambiado, simple y llanamente, porque he pasado de ser una persona normal: con sus opiniones, mejores o peores, sus pensamientos, unos más acertados que otros, sus vivencias, más exprimidas o menos; a ser, dependiendo de donde, una invertida, enferma o, simple y absolutamente, no existir.
Hasta hace un tiempo, lo miraba todo desde ese cristal, el mío, en el que pensaba que todo eso eran verdaderas barbaridades y atrocidades. Y que, incluso, me hacía caer en el más iracundo de los enfados al leer, ver o presenciar según qué cosas.
Pero ahora, no solo es ira, ahora también es miedo e indefensión. Porque ahora, habiendo dado un paso más en esa vida, que antes entraba completamente en todos los patrones establecidos, he pasado al otro lado. Un simple paso.
Ahora sé que no puedo caminar tranquila y alegre de tu mano en cualquier parte del mundo.
Ahora, puedo imaginar, solo imaginar por suerte, lo que tiene que ser que alguien me aprese, me juzque (o no), me condene y me ejecute, solo por querer besarte cuando pones esos ojos que piden a gritos eso, un beso.
Ahora tengo que tener una lista de países en los que alguien como tú y como yo directamente no existe y si lo hace, es objeto de completa aniquilación.
Ahora miró de reojo en según qué sitios con según qué gente, cuando quiero coger tu mano, no porque moleste, no porque incomode, no porque esté mal visto, sino porque, aquí, todavía, hay brazos ejecutores que se toman esa justicia por su mano.

Y antes me parecía fatal, antes protestaba por ello, antes discutía una y mil veces sobre ello, pero podía viajar a cualquier parte del mundo y lucirme en cualquier reunión, porque entraba en las estadísticas, aunque por dentro pudiera estar podrida.
Pero es que antes solo dependía del cristal con el que miraba.
Ahora depende de la piel en la que vivo.
Pero es esa piel la que me hace sentirme así de bien.
Esa piel que, por suerte, está mimada, cuidada y, sobre todo, apoyada.
Gracias a todos.

Y gracias a ti, por vivir en esta piel.

http://www.20minutos.es/noticia/235481/0/dia/internacional/homofobia/









1 de junio de 2010

David y Goliat

Nos han convencido de que la historia la escriben los vencedores y por esa culpabilidad que nos atenaza, hemos conseguido que, en ciertas ocasiones, la historia la escriba el perdedor, mejor dicho, que la historia la escriban los que ganan siempre que se han puesto del lado del perdedor porque algo les interesa, o porque, por una vez, milagrosamente, el perdedor (momentáneo) era un antiguo ganador.
Lo malo es que ya sabemos cómo somos y hemos sido testigos, y lo somos, de que esos perdedores, cuando se les da la razón, o lo que es peor, se les da el peso de la historia, se vuelven vencedores y empiezan a actuar como tales y el poder
, el PODER, con mayúsculas, mira impasible cómo se vuelve a recorrer el bucle, presencia un deja vú de horrores con distintos directores de orquesta, porque las vícitimas, al final, sí que son siempre las mismas, desgraciadamente.
Todas las religiones tienen un David y un Goliat y todas escriben el relato de cómo de tirano se vuelve David cuando accede al trono de Goliat, claro que, justificadamente, pero esa parte se suele leer menos o con menos conciencia de todos aquellos a los que aplasta, (aunque fueran seguidores de Goliat supongo que también les dolería).
Me pregunto qué sería Goliat antes de tener unos buenos patrocinadores, porque ser un gigante no se consigue en dos días...
Nunca sabremos si ese Goliat no fuera en su momento un marginado oprimido y visionario, elegido por su dios.



19 de mayo de 2010

30 años

"Walk in silence,
Don't walk away, in silence.
See the danger,
Always danger,
Endless talking,
Life rebuilding,
Don't walk away.
Walk in silence,
Don't turn away, in silence.
Your confusion,
My illusion,
Worn like a mask of self-hate,
Confronts and then dies.
Don't walk away.
People like you find it easy,
Naked to see,Walking on air.
Hunting by the rivers,
Through the streets,
Every corner abandoned too soon,
Set down with due care.
Don't walk away in silence,
Don't walk away".

Joy Division "Atmosphere".

8 de abril de 2010

El primer día de cole

Empecé el colegio, como casi todo el mundo, a los cinco años.
A esa edad todo hace que tus ojos se vuelvan el doble de grandes del asombro y que tus piernas, nerviosas, se muevan en pos de ello.

Los mayores son ese gran pozo de sabiduría y ese gran abrazo de confianza. Una gran fortaleza donde protegerse y habitar seguro.
Fui a un colegio de monjas, es decir, de religión católica, como mucha gente en este país.
Así que ahí estaba yo, con mi unirforme, mi baby y todos mis miedos repartidos por los bolsillos, y ahí estaban ellas, las monjas, que eran, allí, esa persona mayor necesaria donde poder refugiarse y esconderse, donde asomarse para acceder al mundo.

Se convierten en esas madres que ellas mismas se autodenominan. Y de su mano íbamos creando pasito a pasito una pequeña parte de lo que hoy somos.
En ese momento Jesús era mi mejor amigo gracias a ellas y ser católico era algo sobre lo que había ninguna duda.
Te hablaban de todas aquellas grandes empresas que el cristianismo y la religión habían hecho por el mundo y por todos nosotros y por eso todas llevábamos con gran orgullo el estandarte de pertenecer a la Iglesia allí donde fuéramos.
Pero claro, a los cinco años, tu profesor, profesora, religioso o no, es casi como ese Dios en el que hay que creer.
Esa pequeña esponja que tienes por mente absorbe todo lo que su boca suelta, sea como sea, venga de donde venga, y ese globo que es tu admiración, se va hinchando en cada sentencia, en cada descubrimiento.
Por eso todas queríamos ser misioneras, enfermeras o profesoras y casi nos poníamos la zancadilla por ayudar a la madre Charo, o a la madre Belén, o a la madre Conce... en cualquiera de las infinitas, importantísimas y elevadas tareas que llevaban a cabo.
Y a pesar de los años, del aprendizaje, de la decepción, de la apertura... siempre asoma la sonrisa en mis labios cuando pienso en aquellos años e incluso cuando pienso en cualquiera de ellas.
Porque las quería de verdad, las adoraba, las admiraba hasta tal punto, que si me hubieran dicho en ese momento, con cinco años, que me quedara con ellas a vivir, (con las consabidas visitas de mi madre), no me lo hubiera pensado, hubiera cogido mi baby y mi uniforme, y les hubiera tendido la mano para que me llevaran hacia dentro, como hacía cada mañana cuando llegaba al cole.
Por eso me duelen las entrañas cuando he sabido de aquellos que, embestidos con esa aureola de santidad que solo puede conceder el alma de un niño, sacian su hambre enfermiza y su necesidad más atroz con ellos.
Mi mente se revuelve, se retuerce, es incapaz de pensar en que alguien pueda tomar una de esas manitas asustadas, asombradas, confiadas, en su primer día de colegio, de catequesis, de misa... y llevarlas al más crudo de los infiernos.

Como he dejado entrever más arriba, la experiencia, el aprendizaje, la vida... han hecho que ya no sea católica. Pero conozco a gente que lo es fervientemente y que claro está, también fueron niños asombrados, confiados, maleables... Por eso confío en que sean todos ellos, los que, haciendo un simple ejercicio de empatía aderezado con su memoria, sientan ese asco que me invade a mí e intenten acabar con todo, aunque para ello tengan que arrancar raíces y minar las bases, porque esas ya se han autodestruido lo suficiente con el silencio y la ceguera.
Para que puedan volver a ver a un niño con la mano extendida su primer día de colegio sin sentir cómo les puede la vergüenza.









22 de marzo de 2010

Ellos y nosotros

Puede que lleguéis a engañar a alguien, aunque creo que no más que a vosotros mismos. Con echaros un simple vistazo, no hay que ser muy lince para ver que sí, que a ese que tenéis ahí dentro, que se hace llamar conciencia, lo tenéis bastante engañado y claro, por eso va tan sobrado. Y soltáis por la boca esas perlas que suenan a mayúsculas y chisporroteos de neones: RESPETO... JUSTICIA... COMPRENSIÓN... ARTE... VALOR... SABER...
E incluso os dais palmadas en el pecho a vosotros mismos en señal de dignidad y en la espalda los unos a los otros para reconoceros y congraciaros, por ser los elegidos, los que mostráis al mundo todo lo que es, lo que no, y cómo debe ser.
Y como no todo el mundo posee esa mente preclara ni el título que lo afirma.
Y como no todos hablan esas palabras con mayúsculas y neones.
Y como la gran mayoría desconoce la realidad, la verdad.
Por eso los tratáis como verdadera y real basura, justificadamente.



4 de marzo de 2010

Han dado de mano...

Mi cerebro hierve y entra en ebullición, creo que las pocas neuronas que dejaron los vicios excesivos, las voy a acabar llevando al pelotón de fusilamiento yo solita. Más bien, creo que se están suicidando de motu proprio.
-"Pero ¿qué haces? Tienes toda una vida de tribulaciones por delante".
-"Por eso mismo, no puedo más... Adiós mundo cruel, conciencia dictadora".
Porque es ahora, precisamente ahora, cuando más tendrían que estar bramando, cuando tendrían que estar descargando su ira incontrolada. Ahora que no tienen hacia donde mirar sin encontrar una fabulosa diatriba. Ahora, han dado de mano.
He dado de mano.
Y siendo un poco observador, ¿a alguien le extraña?

5 de febrero de 2010

Realidad y verdades

Cuando una realidad se compone de tantas y tantas verdades se hace insostenible. Alguna de esas certezas, casi siempre la más ignorada, intenta abrirse paso entre todas las demás y hacerse escuchar, sobre todo por la que está en el culmen, en la cúspide de esa realidad, (suele ser la verdad más minoritaria y por eso, aunque suena paradójico, la más irreal).
Cuando esto ocurre, la realidad se tambalea y comienzan a surgir los absurdos, las contradicciones, las falacias... Y el elemento más débil, que también ironía, es el que se hace sabedor y receptor de todo ello, desaparece.
Es lo que está ocurriendo ahora mismo.
Lo que no sé es si seremos conscientes antes y no llegaremos a desaparecer. Aunque, cuántos lo harán en ese trayecto por la realidad.



13 de enero de 2010

Iris

Permíteme, Iris, que te llame por tu nombre de pila. Que por cierto, es muy bonito.
Es que lo de llamarte Mrs Robinson es muy educado y además, tiene su gracia, pero a estas alturas de la película, ya me cansa un poco, (qué te voy a decir a ti).
Aunque se pudiera deducir lo contrario, Iris, me caes rematamente bien.
Te tengo una simpatía tierna e incluso fraternal.
Porque te veo ahora allí, en el psiquiatra, sintiéndote como todos esos perdidos e invertidos a los que tanto has perseguido y vilipendiado, y me da autentica pena.
Porque sé que seguramente, tú te has entregado a esos hombres con todo tu ser y con lo que no lo es, (como esas 50 000 libras de ala) y al final te has dado cuenta que a quien te has entregado realmente ha sido a la vergüenza y al escarnio.
Porque tu fe que tanto enarbolabas como bandera y pilar, al final solo sirve de juez y verdugo totalmente ajeno y lejano a la condición humana. Que es lo que somos, Iris, simples y pequeños humanos.
Porque ahora los de uno y otro bando no están dejando de ti ni los huesos. Con lo que se están igualando en la misma condición.
Y como siempre me he resistido a pertenecer a tal condición. Te invito, Iris, a ya que has entreabierto los ojos, los abras del todo. A que recuerdes esos momentos de placer que te dieron tus chicos, en los que tu piel por fin, se sintió, sencillamente, piel: plena, sentida, vibrante, deseada... Sin ser ningún vehículo a nada más que la felicidad. Que los recuerdes y sepas que tú en esos momentos, seguías siendo la mima persona, creyente, buena, trabajadora... Pero distinta en un pequeño detalle, eras extasiadamente feliz.
Te invito, Iris, a que releas todo ese dogma que te ha acompañado de por vida y que ahora es tu patíbulo. Y que mires a los ojos a todos esos a los que tachabas hasta de inhumanos, para que te dés cuenta de que somos muchos de nosotros los que ahora te daríamos un abrazo y unas palabras de ánimo.
Sé que por un instante todo eso te ha debido pasar por la cabeza, aunque todos esos que se hacen llamar hombres de ciencia, porque lo tienen en un diploma, ya te lo habrán sacado incluso mediante una lobotomía.
Pero también sé, que la semilla ya está bien enterrada y que terminara por germinar, si no lo ha hecho ya, porque la piel, los sentidos, el sexo, el placer... tiene memoria.

Un abrazo, Mrs Robinson.