11 de enero de 2007

"El Vaticano "rehabilita" a Oscar Wilde"

(Título de noticia publicada en el diario El Mundo, sección de cultura. Sábado 6 de enero de 2007.)
Quizá tienen razón, quizá soy yo la que estoy equivocada, quizá al final del camino todo el mundo ve la luz y se deja llevar por ellos... quizá sí que existe un reino de los cielos y todos nos arrepentimos de nuestra mala y disoluta vida, quizá entonamos el "mea culpa" con el último hálito.
Puede ser que Bruno, Galileo, Servet, Wilde, Sade, Nietzche, Sartre... estén riéndose de todos nosotros viéndonos desde arriba con sus alas de querubín. Y se habrán olvidado, forzosamente, de todo eso que intentaron meternos en la cabeza, ideas equivocadas, claro está.
E incluso se habrán dado cuenta de que, en realidad, todo aquello que pretendieron demostrar, era una grandísima falacia, que en su fuero interno, estaban entonando himnos victoriosos y máximas aleccionadoras, que gracias a ellos tenemos la guía para encontrar el camino recto y la justa medida.
Que toda la jerarquía con sus riquezas, sus debilidades, (como las de todos a los que quieren martirizar), su opulencia y su palio es lo que necesitamos para hacer que éste, nuestro paso por el perverso mundo terrenal, no sea en balde, no caiga en la más profunda de las oscuridades.
Los que forman esta humilde pirámide jerárquica son los que reinterpretan a esos que en vida no supieron expresarse como es debido. Ellos, que tienen la iluminación de la sabiduria celestial, son los que los releen ahora y nos hacen darnos cuenta de lo que verdaderamente querían escribir, expresar y pensar.
En un momento dado de la historia podría parecer que esos grandeshombres quisieron denostar el poder que viene del más allá, hubo quien interpretó sus palabras como si fueran un alegato en contra del camino recto y de la obediencia.
Pero ahora, gracias a que tenemos entre nosotros a mentes preclaras siguiendo el verdadero camino, se puede afirmar que todos esos hombres estaban en realidad aleccionándonos a todos, simples pecadores, de que tenemos ampararnos en el seno de la iglesia católica.
Alguien sabe cómo acabó Oscar Wilde sus días, alguien sabe el calvario que le hicieron pasar, sólo por su condición sexual. Alguien recuerda "El retrato de Dorian Gray"???
Por favor que le diga al Padre Sapienza y a todo el plantel del Vaticano en fila india, que con los escritos del fabuloso Benedicto XVI, Juan Pablo II, Juan XXIII, etc, etc, etc, podríamos hacer nosotros los mismo, es decir, interpretar lo que nos salga del mismísimo centro del interés.
Y por favor que no son terapeutas, que no tienen que rehabilitar a nadie.
Copón!!!




6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que ser valiente , tener las ideas muy claras y estar muy segura, para que escribir lo que has escrito, cada día sorprendes y cada día te admiro más.
Valiente es lo contrario de cobarde, obvio, pues eso es. La Iglesia católica rebosa cobardía, se mueven lentamente arrastrados, por la mentalidad de los valientes, y encima se permiten el lujo de creer que queremos que acepten cosas, que necesitamos esa aceptación de alguna manera. Que ardan en su infierno, jajaja.
Estoy de acuerdo con lo de COPóN!

Anónimo dijo...

Me encanta. Este tema da para hablar largo y tendido. He tenido alguna conversación subrealista parecida con algunos personajillos, jeje.

Quien sabe si están equivocados o estamos equivocados nosotros o .... No sé es muy complicado. Pero me encanta debatirlo, recuerdamelo la próxima vez que nos veamos, jejeje

Muchos besitos. sigue así ;)

Anónimo dijo...

bravoooooooooooo

Anónimo dijo...

estoy muy impresionada con la contundencia, fluidez y brillante manejo de las frases y palabras que desprendes aqui... seguro que sin demasiado esfuerzo.he disfutado mucho leyendolo.(se que quiza me fijo demasiado en la estructura,mas que en la sustancia, pero tu ya sabes por donde van mis gustos, jejeje...)

Anónimo dijo...

copón, la iglesia respaldó el genocidio de los judíos, el regimen franquista, el pinochetista, el de Videla... y otros procesos dirigidos por otros tantos grandes hombres que tienen que tener el cielo a rebosar. Virgencita que yo vaya al infierno con todos aquellos a los que la iglesia y los bienpensantes se permiten el lujo de despreciar. ¡Al infierno con nosotros!

D.G. dijo...

Y a nadie hay que rehabilitar... la condición sexual de Oscar Wilde o de mi vecino del 2º me la trae al pairo. Grandes hombre, grandes obras, enormes legados.
Maldigo a aquel que sintiendose superior al prójimo intenta el desvaría de su tumbo en favor del interés personal.