20 de febrero de 2007

Cobardía.

Y dejar pasar las horas, los días, las semanas... y no mirar al espejo... ni siquiera al mísero pedacito del retrovisor, porque me puede devolver la mirada...
No quiero verme en el espejo, no quiero enfrentarme a mí misma cara a cara, no quiero saber, no quiero reconocer...
Me niego a darme cuenta de lo que recorre mi interior. Me cuesta aceptar que a estos los amo demasiado y que a los de más allá los odio con una inquina que no sabía ni que se escondía en mis entrañas.
Me da pereza abrirme en canal para comenzar el análisis, y sacar cosas, darle lustre a algunas, tirar otras y volver la cara ante la náusea que me provocan otras, y saber que todo eso soy yo.
Y que me salga la sonrisa tonta al ver lo grande, lo extenso de algunas zonas y tener que contener la lágrima por lo limitado y vergonzoso de otras.
Y encender la hoguera para quemar algunas historias y estar obligada a sacar la pluma y el tintero para tener que contaros otras.
Pero vais a tener que esperar, como también me espera el espejo, porque si algo no me sobra en estos momentos es valentía, y se necesita mucha, muchísima para ponerse delante del que es, a la vez, el censor más recto y la madre amantísima.
Que no! Que hoy va a pasar otro día más sin reflejarme... como el vampiro...



4 comentarios:

meri dijo...

Tu no puedes dejar de mirar, aunque en momentos sea lo que mas desees. Es como intentar que un pajaro no vuele, aunque tenga un ala rota lo intentará, es su naturaleza. Tú haces que la vida pase por tus ojos hasta dentro y no puedes evitarlo, tarde o temprano, cuando tu ala rota se sienta fuerte, volveras a volar.

D.G. dijo...

Wow, durísimas declaraciones!! No se, solo puedo decirte que hace un tiempo yo tenía inquietudes parecidas a estas...
Finalmente un día cualquiera decidí intentar entenderme a mí mismo, a conocerme de verdad y es posible que lo que encontré no me gustara. Pero te digo una cosa, si quieres conocer a los demás, y todos ansiamos el conocimiento, primero has de conocerte a tí misma, sólo de esa manera encontrarás capacidad para poder discernir entre el bien y el mal de tus acciones, podrás corregir errores afincados en tus miedos, en tus iras y en tus vergüenzas, y podrás potenciar esos valores que escrito tras escrito, a todos nos demuestras.
Sé fuerte, deshazte de la cobardía, de la vergüenza y de la tiranía y construyete un alma transparente en paz contigo misma, conquistando a la gente.
DGray

Africa dijo...

No hay nada fuera, todo procede de tu interior, incluso el espejo, el pedacito de retrovisor eres tú misma. No es cobardía, puedes destruirte y volverte a crear y la imagen que verás de ti, la idea de ti la estarás creando tu misma. Será tan terrible, tan negativa tan extraña como tu quieras que sea, como tu necesites que sea.Conocerse a uno mismo, conocer a los demás no está fuera, está en ti y no requiere valor, solo la capacidad, el esfuerzo y la constancia del que mantiene fija la mirada en un punto interior a pesar de los destellos, los brillos y los fulgores del exterior. A veces es el valor lo que nos hace apartar la mirada de nosotros mismos y dirigirla alrededor y a veces es la cobardía la que nos hace mirar hacia dentro, ya sabes "más vale lo malo conocido"...
Siempre son los ojos del otro los que nos desmontan, los que no ven como somos y nos descubrem, nunca es nuestra propia mirada. Siempre: el otro soy yo.

Anónimo dijo...

a veces tu hermana está un poco colgailla