17 de abril de 2007

Querer o no querer...

Querer o no querer, he ahí el dilema. Ya, ya sé que el repetido, manido, escuchado y parafraseado fragmento de Shakespeare no era así exactamente, pero voy a pecar de soberbia.
Querer: del latín quaerêre, tratar de obtener.
Desde que nacemos somos apetencia pura: alimento, cariño, atención... No hacemos más que obtener algo, cuando ya estamos requieriendo lo siguiente. Lógico, pensamos, somos niños, nuestra sola existencia ya es necesidad.
Querer: pretender, intentar, procurar.
Nuestro viaje conlleva pendientes escarpadas, desviaciones, cambios de sentido, averías... las miramos, las sopesamos y las encaramos. La mayoría de las veces lo único que sacamos en claro son unas cuantas magulladuras y el cansancio extremo, pero aún así no cejamos en nuestro empeño.
Querer: tener voluntad o determinación de ejecutar algo.
Quizá esta definición no se puede aplicar por igual a todos y cada uno de nosotros, ni tan siquiera la mantenemos en la misma medida en cada momento. Pero está claro que no nos movemos sólo por inercia.
Querer: resolver, determinar.
Probablemente ésta sea la más difícil, pero aún así, hay veces que conseguimos llevarla a cabo, aunque nunca nos quedamos ahí, siempre hay algo más, siempre hay un siguiente...
Querer: desear, apetecer.
¿Tengo que añadir algo más? Las pulsiones son lo que nos queda de instinto animal al que hemos adornado con algo de... vicio.
Querer:Amar, tener cariño, voluntad o inclinación a alguien o algo.
Qué os voy a decir. Los actos más bellos, altruistas, hermosos, admirables pero también los más excrables, bajos, terribles, denigrantes, se han cometido con entera y total voluntad... de amar.
No somos, queremos ser. No tenemos, intentamos tener. No estamos, anhelamos estar. No sentimos, deseamos.
¿Realmente el hombre tiene la capacidad para satisfacerse completamente ? ¿Llegaremos a la plenitud completa? ¿Podemos dejar de buscar, de desear, de querer, de amar?
Existe una sentencia que reza: "ten cuidado con lo que deseas porque se puede hacer realidad". Por desgracia no siempre anhelamos lo mejor, ni somos los más justos, ni los más generosos, ni las mejores personas en nuestros deseos. Ni siquiera somos egoistas, porque lo que tratamos de alcanzar, en ocasiones, no es lo que más nos conviene e incluso nos perjudica.
Pero si me dejáis me gustaría añadir algo, no deseéis que se lleven a cabo todos, porque eso sería el final del viaje.

P.D. Lo que hay que hacer es recrearse en los intentos.







3 comentarios:

CiloMon dijo...

estoy de acuerdo contigo... la satisfaccion hace que nos apalanquemos

esa frase de "cuidado con lo que deseas..." la tengo grabada en piedra

...igual que auella de "lo importante no es llegar sino el camino"

una abraçada!!!

chopitosmum dijo...

Igual sea muy atrevido hablarla a ella de Platón. Pero creo que de lo poco que entendí en su momento saqué algo sobre lo que comentas. Anhelamos, deseamos. Búsqueda
infinita de la perfección, no aplicada a la estética o la belleza, sino a la felicidad, a la idea de lo que es, es. En el momento en el que digas ya está!Estás muerto!. Rochipin

Anónimo dijo...

La muerte es el único estado en el que dejaremos de desear, de amar, de anhelar, de sentir... Así, si las ansias de busqueda cesan, dejamos de vivir, de existir.