29 de agosto de 2007

La oración del ateo

"Oye mi ruego Tú, Dios que no existes,
y en tu nada recoge estas mis quejas,
Tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes

a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando Tú de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi alma endulzóme noches tristes.

¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande
que no eres sino Idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande

para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
Dios no existente, pues si Tú existieras
existiría yo también de veras."

Miguel de Unamuno

3 comentarios:

D.G. dijo...

no conocía esta 'oración'... es bonita la verdad, independiente de la opinión que te merezca la existencia o no de Dios.
Que pasará por tu cabeza chopitos, que andará pasando...
Salu2!

Anónimo dijo...

Ufff, lo estaba leyendo y pensaba que era tuyo y estaba alucinando pensando en lo increíblemente bien que escribías poesía, que te deberías de ganar la vida con ello, que era alucinante... En fin, esas cosas que uno siente cada vez que lee a Unamuno...por ejemplo... ;-)

Anónimo dijo...

Aqui siempre se leen cosas buenas. Gracias, no lo había leído.
Sabes? tengo la sensación de que algo pasó en tus vacaciones, espero que bueno. Como dice Dorian, en esa cabeza se cuece algo...