14 de agosto de 2010

Hablar

Él habla, yo hablo, tú hablas...
Hablar por hablar o más bien hablar para escuchar, escucharse a sí mismo quizá.
Pero cuánto hay de verdad en ese batiburrillo de cosas, cuánto de ornamento y cuánto de estómago, hígado y, sobre todo, corazón.
Él dice, yo digo, tú dices...
Y lo que llega es cuarto y mitad de lo dicho, lo cual, tampoco era gran cosa.
Y abrimos la boca por lo escuchado, pero entonces, ¿tiene más valor lo que contamos que lo contado? ¿Somos sinceros y el anterior un bocazas?
En cuanto sale de la boca pasa por el tamiz del prejuicio, del jucio y la sentencia, que vuelve a ser expresada a voz en grito, quizá prejuzgada, juzgada y sentenciada, un patético círculo vicioso del que no se libra ni una palabra.
Escucho y me abro en canal e intento callar, bendito silencio, pero como piel y pellejo, como animal de pasiones, como muñeco de pulsiones, abro la caja de Pandora y se produce la estampida y no es la esperanza lo que queda, no, el mito estaba sesgado, es la culpa y el arrepentimiento escupiéndome desde el fondo de la caja, que no es otra que mi conciencia.
Porque hablo de hablar de más y no hago más que hablar. Y caigo tan bajo como aquel del que hablo. Y debería callar como aquel que no calló. Y tendría que aprender como ese que lo aprendió todo.
Y, ahora sí, no puedo hablar más porque ya os sepulté en palabras, solo dos para coronar mi montaña de exabruptos, desde lo más hondo, donde no existe el habla, donde se comprende sin palabras: lo siento.




5 comentarios:

CiloMon dijo...

Las palabras son tiranas que nos esclavizan. Incluso cuando no queremos hablar, parecen tener una oscura voluntad propia.

un abrazo.

Rocio dijo...

Totalmente de acuerdo con Munxeta “Las palabras son tiranas que nos esclavizan”. Tantas veces decimos cosas que no queremos decir, que no sentimos. Se nos hacen grandes nudos en la garganta, y a veces nos provocan hasta el vomito, y vomitamos un montón de blablablas. Y es que el que tiene boca se equivoca, y el que escucha también tiene boca así que cómo se va a callar. Incluso hay veces que no debemos callar, qué veces son esas supongo que es lo difícil de concretar.
No tengo la certeza de saber el porqué de lo que has escrito, pero si es por lo que me estoy imaginando, creo sinceramente que no debes de sentir culpa y arrepentimiento. No has hecho mal. Es totalmente natural. A mí lo único que me molesta de este tipo de cosas es la sensación de decepción y por la que a veces piensas: mejor muda y sorda.
Alá! Un beso! Q te quiero muuuxo!!!

Vértigo dijo...

puff!!! mejor me callo!

BURBUJA dijo...

Hazme un favor, no te calles nunca.

Oírte hablar, o leerte, es un placer.

Besitos!

Angi dijo...

A veces es mejor callar, pero depende con quién es mejor ser sinceros aunque duela. Y se que lo que sale de tu boca, también sale de tu corazón, y seguro que con mucha razón, así es que sea lo que sea, está bien hecho.

Muchos besos Cactus!!