5 de septiembre de 2011


Pasan los días de imágenes en imágenes. Detalles imperceptibles o grandes gestas que, en cualquier caso, quedarán relegadas al olvido del día anterior.
Veo rostros cansados, derrotados. Asisto al dolor, a la muerte. Escucho argumentos y soflamas, verdades y auténticos actos de fe. Luchas de un solo uso o verdaderas batallas vitales.
Cambios que no son tales e inmovilismo que lo revoluciona todo desde las entrañas.
Ahora veo a los trabajadores-esclavos de los proyectos megalómanos de Qatar, cobrando 150 euros al mes y en la hora siguiente las portadas de "Vanity Fair".
Me hincho de capítulos de vidas ficticias y no me paro a preguntarle al de mi lado qué tal le va.
Mi cerebro bulle con algo que no puedo expresar porque realmente no quiero, porque me da miedo.
Envidio algo que me asquea.
Anhelo lo que repelo.
Sueño con lo que detesto.
No puedo estar con lo que debería porque no me parece coherente, pero es imposible tomar otra postura.
Niñas rezando delante de rostros que les gritan que se liberen y vean la verdad.
Pero si miramos la verdad cara a cara, todos nos pondríamos a rezar.
Tengo miedo, pero no me queda más remedio que seguir anestesiándome.
Somos meros instrumentos, imprescindibles en conjunto.
Creyéndonos únicos cuanto más nimios e insignificantes somos.

4 comentarios:

Rocio dijo...

Todo es por el miedo. Es el peor enemigo. Te ata de pies y manos, te pone el esparadrapo en la boca. Es ese miedo que ha calado muy hondo y hace que nos sintamos confortables en casa y junto a nuestra gente y desconfiemos de los demás. El resto no piensa lo mismo, son diferentes, incluso idiotas. Estamos solos, no se puede hacer nada. No tenemos derecho a contradecirnos, es eso verdad? El mundo es una locura, pero nosotros nos exigimos ser 100% coherentes para ponernos a actuar y de esa manera, claro, cualquier cosa que digamos o hagamos podrá ser utilizada en nuestra contra. Pero aunque no pueda dejar de comprarme el iphone 4, sé que algo apesta, aunque me compre el cuore, no abandonaré mis ansias de saber.
Nadie debe esperar que un iluminado nos diga cuál es el camino exacto hacia un mundo mejor, yo creo que lo que debemos hacer es pensar que es posible y dejar de tener miedo a construirlo. A cada paso nos equivocaremos, y qué? Un día diremos una cosa y al siguiente otra, insisto y qué? A veces, el pensar el cómo y el por dónde empezamos genera un vértigo que inmoviliza, ufff menudo precipicio! Hay infinitas cosas que nos hacen vomitar, y no nos podemos pedir estar en todo. En cierto modo elegir, creo que puede resultar liberador, jiji. Nos tenemos que liberar del miedo. No sirve de nada sentirse culpable y menos rezar (jiji).
Qué ganas tengo de hablar contigo bien, bien, Vir. No te puedes imaginar la de veces que me digo “qué pensará de esto Vir”… bueno un abrazo enorme hundiendo mi nariz en tu regazo…

meripeitx dijo...

No existe la libertad...

Brü dijo...

Me encanta lo de que tienes miedo pero solo queda seguir anestesiandote. Un besote.

BICHO! dijo...

Pero realmente los que más miedo tienen son ellos, de ahí que no se tengan ciertas libertades. Tienen miedo de todos nosotros, todos, de cualquier pais, porque saben que al fin y al cabo no somos tan idiotas como piensan. El día que se nos de una oportunidad, esos se caen del chiringuito.
;)