20 de junio de 2007

Solo

Buscan, escrutan, ahondan, desperados. Dan vueltas y vueltas sin rumbo. Intentan, se esfuerzan... No. Tus ojos no pueden tener el merecido descanso.
Como un niño desvalido alzas la manos que palpan el aire deseperadas, pero no, caen a plomo nuevamente, muertas, vacías.
El frío te invade en violenta conquista y sientes que ya no puedes más que te han vencido y que siempre será así. Te han aniquilado.
El vacío es cada vez más hondo, más oscuro, más hiriente...
La desnudez duele, disecciona, avergüenza, desampara...
Te sientes solo, mudo, sordo e invisible... minúsculo

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Y yo me pregunto... ¿por qué no nos deleitas un día con un cuento? Con la calidad que tiene todo lo que escribes!
Sólo puedo decirte que, como siempre, te sales.

Anónimo dijo...

Todo vacio, con el tiempo y depende de como sea uno, puede convertirse en el lugar seguro donde volver en sueños.

Anónimo dijo...

Eso, venga! Yo también quiero un cuento!!! ;-) Aunque yo creo que se te daría bien la poesía...

Anónimo dijo...

El odio
Lo odiaba. Nada en este mundo me causaba tanto asco como sus historias. Así que un día le hice creer que nos volvíamos al mismo tiempo a lados distintos, pero sigilosamente volteé, lo tomé por el cuello, y le clavé la navaja de rasurar en la carótida. Después, me tiré al suelo, en su misma posición, y vi cómo corría mi sangre, para que no encontraran nada raro ni de aquél ni de este lado del espejo.

Yamil Narchi Sadek

Anónimo dijo...

http://callepoesia.blogspot.com/2006/03/el-odio_09.html

CiloMon dijo...

no se en quien te has inspirado, pero desde luego sabes ponerte en la piel del otro...

conozco esa sensación.

D.G. dijo...

Y sin embargo tan fuerte para afrontar la próxima... La verdadera debilidad está en perder la esparanza de que la próxima batalla será tu conquista.

Anónimo dijo...

La Verdad.





A un visitante que a sí mismo se definía como buscador de la verdad le dijo el Maestro:

- Si lo que buscas es la Verdad, hay algo que es preciso que tengas presente por encima de todo.
- Ya lo sé, una irresistible pasión por ella ... -dijo el visitante-
- No, una incesante disposición a reconocer que puedes estar equivocado ...

-le respondió el maestro.

http://www.islamyal-andalus.org/publicaciones/cuentos_sufies/cuento144.htm

Anónimo dijo...

ni por treinta cambiaria mis dudas por la fe que tengo en los milagros

Anónimo dijo...

Oi, achei teu blog pelo google tá bem interessante gostei desse post. Quando der dá uma passada pelo meu blog, é sobre camisetas personalizadas, mostra passo a passo como criar uma camiseta personalizada bem maneira. Até mais.

Yamil dijo...

Hola. Me preguntaba quién eres, ya que por azares del destino me encontré con que alguien puso un cuento mío entre los comentarios que anteceden a éste... Así llegué por acá y leí tu trabajo. Hay cosas que me gustaron. Saludos.